DETALLE DE LAS NOTAS DE LA CONTRAPORTADA DEL ÁLBUM:
La palabra "folklore" es importada en nuestro país, como otrora lo fueran las de "motorman" o "chaufeur". Literalmente "motorman" significa "hombre al motor" pero la idea que expresa y con que se la importó es la de "conductor de tranvías". Le hubiera convenido más la de "maquinista", pero esta última expresión ya estaba reservada para el que "conduce locomotoras". De manera que, como se ve, la acepción literal poco tiene que ver con el concepto o idea que se quiere expresar.
"Folklore", literalmente, es sabiduría o arte popular. Pero la idea real y estricta es: SABIDURÍA NACIDA POR INSPIRACIÓN ANÓNIMA DEL PUEBLO AUTÓCTONO Y QUE HEMOS HEREDADO CON FISONOMÍA Y CARACTERÍSTICAS PRECISAS. Por eso no es vigente: lo fue. Por eso no entra en la ley de la evolución; porque lo recibimos cristalizado como ciertos idiomas antiguos. Por eso es telúrico y sus raíces se pierden ancestralmente. Por eso es tradicional, ya que lo recibimos a través de las generaciones que nos precedieron como cosas nuestras y que hacen a nuestra fisonomía.
La expresión, que anda por ahí, de "folklore moderno" es pues una antinomia. Es como decir "dinosaurio moderno" por el simple hecho de que se haya descubierto un dinosaurio en nuestros días.
Sólo queda el recurso de que uno lo describa mejor que otro o que, con mejores recursos en la actualidad, se haga un estudio más acabado y ajustado de lo que fue un dinosaurio real en su tiempo.
Lo dicho tiene gran importancia porque el hombre de hoy, cuando el folklore se extiende y se convierte en cosa negociable, quiere intervenir al menos en su difusión y manejo, cuando no, él también se siente capacitado, por el solo hecho de ser argentino, para hacer folklore.
En realidad se reflexiona; el folklore, por su condición de anónimo, tradicional, telúrico y cristalizado, lo único que permite es cierto tipo de estilización. Y digo cierto tipo de estilización porque no se trata de que, con ese pretexto, se quieran efectuar injertos, que por muy bonitos que parezcan, vulneren su íntima esencia. De ahí la necesidad de conocer a fondo lo folklórico para estar en condiciones de remarcar, precisamente en la estilización, lo que tiene de característico y diferente a las otras expresiones telúricas no folklóricas (tango) o sencillamente foráneas.
A esta altura debo dejar así escuetamente marcada la diferencia entre folklore y tango. Este quizá como expresión telúrica sea más argentino que el folklore, que reconoce raíces más profundas o ignotas y que nos emparenta con otras expresiones de América y hasta de España. Pero el tango es vigente; pese a tener rasgos característicos que evocan al "lengue", al "taquito militar", al arrabal porteño, al compadrito y sus cortes; está en la ley de la evolución. El folklore no. Es desconocido el origen de la chacarera y el porqué de su coreografía; lo mismo se puede decir de "El triunfo", de "El bailecito", de El cuándo", de "El pala-pala", etc... Lo heredamos así y nada más.
Sin embargo, tango y folklore reconocen un origen popular y masivo. Quizá por eso (se me ocurre) en sus orígenes no hayan sido del gusto de los eruditos. No sé por qué, éstos siempre han estado más cerca de lo culto foráneo que de lo culto telúrico.
Por eso, volviendo a la estilización (y esto va referido a las dos formas masivas expresadas: tango y folklore), lo importante es conocer a fondo estas expresiones, para poder ensayar su estilización. Si se tiene erudición y no se ha bebido en las fuentes de lo telúrico, lo más probable es que se obtenga una producción con dejo extranjero, es decir, híbrida.
En una palabra, los eruditos deben estudiar y empaparse de lo telúrico, como una especialidad de su erudición, para poder encarar una producción que enriquezca lo nuestro sin alterar sus características esenciales.
Volviendo al folklore, en una palabra, la erudición debe ponerse al servicio del folklore y no éste a la de aquélla.
Además, y ya circunscribiéndose a las expresiones musicales, en el campo sólo existe: por un lado, el hombre (gaucho o paisano) y su guitarra o su caja, y por otro, "los musiqueros" de los bailes (romerías, trincheras y pulperías).
El primero es gaucho cantor de estilos, cifras (con las que se enfrenta en payadas), vidalitas y milongas camperas. Una expresión actual y sobresaliente estaría encarnada en Atahualpa Yupanqui. El paisano suele desgranar sus penas en las vidalas o bagualas al son de la caja, tres meses antes de Carnaval. Se consuela con la proximidad de las fiestas y es un aviso para ahorrar y prepararse a fin de no desentonar cuando llegue ese evento.
Fuera de esto, todo lo demás es música bailable, con orquestaciones camperas, como más adelante se verá. Los dúos son poco frecuentes. Tríos, cuartetos, etc. no existen. Son sólo una forma de traer a la ciudad tales expresiones. Por lo demás, es una manera común de encarar cualquier expresión musical, sea nacional o extranjera. En definitiva, los conjuntos vocales no son típicos en nuestro folklore, y cantar con una primera, segunda y tercera voz, o efectuar un contra canto en los arreglos (propios del tango) resulta, aparte de atípico, pobre.
Por tales razones, cuando hay tres voces o más, ya se debe pensar en estilizaciones corales que arrojen una resultante folklórica, típica, distinta a la del tango y, más aún, a la de la música foránea.
Ahora bien, en la actualidad, la evolución de la música en sí, como la creación de ciertos instrumentos modernos, proporcionan recursos que, no por actuales, deben ser despreciados en la expresión de lo telúrico. Antes bien, pueden ser aprovechados siempre y cuando redunden en beneficio de su estilización.
En síntesis: lo folklórico debe ser la resultante, no los instrumentos, atavíos u otras formas de presentación. Se hace buen folklore con piano, no siendo éste un instrumento típico, pero requiere una ejecución especial para obtener una resultante autóctona. Tampoco es necesario vestirse de gaucho para interpretar la chacarera. Lo que tiene que ser típica es la chacarera, sea cual fuere el instrumento, la vestimenta o la escenificación.
EL GRUPO VOCAL ARGENTINO es eso: seis muchachos modernos que visten de acuerdo a su época, que estudian y seleccionan la autenticidad del repertorio y que aprovechan al máximo sus seis voces para obtener una resultante folklórica.
En la selección de las piezas a veces se presentan casos de producciones musicalmente folklóricas, típicamente hermosas, con letras modernas atípicas o viceversa. Otras, igualmente aciertos folklóricos, con detalles que obligan a una ejecución más lenta para que su belleza tome su mayor realce. En estos casos se ha seguido la norma general el arte, cual es la que determina "que una sola estrofa puede salvar todo un poema". Por eso se ha adoptado al lado la expresión de "aire de" (*), a fin de obviar cualquier discusión de detalle antipático, cuando la obra es excelente en su contextura general.
Además, musicalmente ciertas armonías requieren acordes de cinco notas distintas. Y, es sabido que a veces también, es necesario dar expresión a ciertos pasajes musicales sin recurrir al aumento en volumen de las voces, porque la interpretación en ese momento va "piano" a "pianíssimo". Es entonces cuando la riqueza de un acorde permite ese efecto. El pasaje musical toma relieve sin romper su suavidad.
Por otra parte, y ya desde el punto de vista estrictamente folklórico, tenemos: las orquestaciones camperas, por un lado y el desarrollo de los bailes criollos, por otro. Las primeras son una resultante de la ejecución de un conjunto de músicos intuitivos (y qué músicos!) llamados "musiqueros". El hecho frecuente de que éstos se encuentren por primera vez en un baile, determina que las piezas ejecutadas comiencen con cierta inseguridad y a medida que se desarrollan las partituras se van verificando ajustes sobre la marcha hasta llegar al "ahura" o final brillante.
El desarrollo de los bailes patetiza aún más esa situación, pues en los últimos cuatro compases del "ahura" todo el público bate palmas, que unidas a los trinos de adornos, bordoneos, repiques de remate del bombo y del zapateador hacen apotéotica la coronación de la danza.
Surge pues una ley, en materia de interpretación musical de estas piezas, cual es la de que su comienzo debe ser débil, "in crescendo" su desarrollo y brillante su final.
Por otra parte, como las piezas criollas bailables originariamente no poseían letra, sólo por excepción se cantaba su música. No habiendo quien ejecute su melodía, el guitarrista canta y se acompaña con el rasguido. Canta coplas sueltas, heredadas del coplero español, o que improvisa y hace calzar en la melodía como Dios lo ayuda. La cuestión es que se pueda realizar el baile.
De ahí el carácter coplero que deben observar las letras telúricas. También hay un léxico onomatopéyico que anda en boca de los changos carboneros, leñateros y hasta de los lustradores de la ciudad. En este caso se canturrea la melodía, imitando con la boca el zapateo, el repique del bombo y hasta el chasquido de las espuelas. Entonces, lo más común a falta de letras en este lenguaje onomatopéyico de los changos de Santiago del Estero, que, como se ve, permite cantar orquestada una pieza.
EL GRUPO VOCAL ARGENTINO conoce todo esto y lo aplica en la ejecución de los temas analíticamente seleccionados. Por eso dije más arriba que este conjunto aprovecha al máximo las posibilidades musicales que ofrecen sus voces, para expresar una resultante folklórica. Son seis voces cultas al servicio del folklore.
"TATA" FARÍAS GÓMEZ
(*) "Aire de"... zamba, chacarera, etc.
"LOS SWINGLE SINGERS y el GRUPO VOCAL ARGENTINO están en una misma línea. Con la diferencia que nosotros interpretamos música de distintos países y ellos tienen la suerte de hacer su propia música que es muy rica y a la que han elevado a un plano de jerarquía internacional, conservando -y esto es realmente lo importante- su pureza."
WARD SWINGLE
Album: GRUPO VOCAL ARGENTINO MISA CRIOLLA y otros éxitos (1)
Año: 1968
Portadas y etiquetas: SÍ, portadas originales restauradas, rediseñadas y optimizadas digitalmente
Sello: CBS
Nº: 8.768 MONO
Nº: 9.768 ESTÉREO
Formato original: Larga duración (Long play) de vinilo en 33 1/3 r.p.m. (LD)
Bitrate: CBR 256 Kbps en 48.000 Hz (nueva digitalización con Sound Forge Pro)
LISTADO DE TEMAS:
LADO 1
1.- Kyrie (vidala bagualera) 3:00
José Gabriel Segade / Alejandro Mayol / Osvaldo Catena / Ariel Ramírez
2.- Gloria (carnavalito yaraví) 4:10
José Gabriel Segade / Alejandro Mayol / Osvaldo Catena / Ariel Ramírez
3.- Credo (chacarera trunca) 2:40
José Gabriel Segade / Alejandro Mayol / Osvaldo Catena / Ariel Ramírez
4.- Sanctus (carnaval cochabambino) 1:56
José Gabriel Segade / Alejandro Mayol / Osvaldo Catena / Ariel Ramírez
5.- Agnus Dei (estilo pampeano) 2:50
José Gabriel Segade / Alejandro Mayol / Osvaldo Catena / Ariel Ramírez
Arreglos: "Chango" Farías Gómez
LISTADO DE TEMAS:
LADO 1
1.- Kyrie (vidala bagualera) 3:00
José Gabriel Segade / Alejandro Mayol / Osvaldo Catena / Ariel Ramírez
2.- Gloria (carnavalito yaraví) 4:10
José Gabriel Segade / Alejandro Mayol / Osvaldo Catena / Ariel Ramírez
3.- Credo (chacarera trunca) 2:40
José Gabriel Segade / Alejandro Mayol / Osvaldo Catena / Ariel Ramírez
4.- Sanctus (carnaval cochabambino) 1:56
José Gabriel Segade / Alejandro Mayol / Osvaldo Catena / Ariel Ramírez
5.- Agnus Dei (estilo pampeano) 2:50
José Gabriel Segade / Alejandro Mayol / Osvaldo Catena / Ariel Ramírez
Arreglos: "Chango" Farías Gómez
LADO 2
1.- Villa de Villares (bailecito) *
José Ignacio "Chango" Rodríguez (2:50)
2.- Luisa Clara (aire de zamba) *
María Antonia Barros de Farías Gómez / Chango Farías Gómez (3:16)
3.- A pura ushuta (chacarera) *
Mario René Ponce ((2:45)
4.- La canoa blanca (chamarrita) **
Vicente Francisco Escayola (1:58)
5.- El gatito de Tchaikowsky (gato) *
Adolfo Armando Abalos (2:12)
* Arreglos: "Chango" Farías Gómez
** Arreglos: Oscar Cardozo Ocampo
GRUPO VOCAL ARGENTINO:
AMÍLCAR DANIEL "POPPY" SCALISI: contratenor
JUAN ENRIQUE "CHANGO" FARÍAS GOMEZ: tenor
GALO HUGO GARCÍA: tenor
JORGE LEO CUTELLO: barítono alto
LUIS MARÍA BATALLÉ: barítono bajo
JORGE RAÚL BATALLÉ: bajo
ARTISTAS INVITADOS:
Jorge Padín: accesorios
Pedro y Carlos Farías Gómez: bombos
Enrique "Zurdo" Roizner: batería y tumbadoras
DISEÑO GRÁFICO:
Jorge Eduardo Pechersky / Poppy Scalisi
Producido por: HERNÁN FIGUEROA REYES
(1) NOTA: Estas grabaciones realizadas entre el 18 de marzo de 1967 y el 26 de junio de 1968 constituyen el segundo disco del Grupo Vocal Argentino. Desde esa fecha permanece sin reeditarse (N. del R.)
Hoy domingo en este mediodía, quiero compartir nuevamente y con nueva digitalización con todos los queridos amigos, seguidores y visitantes, esta obra solemne que -a través del tiempo- ha dado la vuelta al mundo. Prácticamente la MISA CRIOLLA se canta en casi todos los países y en todos los idiomas... Debemos estar orgullosos de este verdadero tesoro musical compuesto por el gran Maestro Ariel Ramírez en 1964. Aquí en este disco, el GRUPO VOCAL ARGENTINO, además de interpretar con una calidad vocal y unos arreglos vocales increíbles -pertenecientes al genial Chango Farías Gómez- la MISA CRIOLLA, incluyen en su lado 2 cinco temas excelentes de varios autores, como "Villa de Villares", "A pura ushuta" y "El gatito de Tchaikowsky" entre otros, todos ellos también magníficamente interpretados por el GRUPO VOCAL ARGENTINO, con ritmos de nuestra música popular, pertenecientes a diferentes regiones del país. Consideré también muy oportuno, transcribir íntegramente la extensa nota firmada por Enrique Napoleón "Tata" Farías Gómez, padre de Marián, Chango, Pedrito y Carlos "Bongó" (lamentablemente, don Enrique y sus tres hijos varones, ya no están entre nosotros, se fueron de "gira celestial" hace un tiempo...) y su clarísima definición -hace más de 48 años!!!- de la música folklórica y su interpretación vocal. Obviamente, como la música es atemporal, continúa en vigencia hoy, aquélla definición. Los invito pues a que pasen y vean, descarguen y escuchen esta joya de colección que RECOMIENDO PARA OÍR Y DISFRUTAR y además, con un sonido magnífico. Les puedo asegurar sin dudarlo... QUE JAMÁS SE VAN A ARREPENTIR DE HACERLO...!!!.
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